Estoy segura de que, a pesar de que he intentado
recordar, se me quedarán un millón de ejemplos en el tintero… espero que me ayudéis a sacarlos a la luz!!!
Veréis, quiero denunciar hoy a esos pequeños duendes que
viven agazapados entre las agujas del reloj… Bueeeeno, vale, no me pongo
metafórica! Quiero hablar, más bien, de los personajes de nuestras vidas
cotidianas que, directa o indirectamente, nos están robando muchas horas de
nuestras vidas.
Cuando era pequeña no acababa de creerme yo del todo esa
frase de que “el tiempo es oro”, pero con el paso de los años, el aumento de
responsabilidades y la visión global de la administración de la economía doméstica,
resulta que el tiempo no es que sea oro, ES PLATINO! Hay que analizar muy bien
en qué empeñamos cada minuto porque de una buena inversión de ese tiempo puede
depender una buena mejoría para el futuro… y sin ponernos tan trascendentales,
basta comprobar que, si tienes más tiempo, por ejemplo, para hacer la compra,
podrás comparar precios y comprar donde todo sea más económico, mientras que si
vas con prisas, fuera de horas… seguramente tendrás que acabar comprando en un
24 horas, que ya sabemos todos que siempre cobran un impuesto por tarificación
nocturna que vale más que 1 lingote de oro de 24 kilates por segundo.
Lo peor de todo es que son ladrones que no se quedan con
nuestro tiempo para disfrutarlo a merced, ¡qué va! Sólo hacen que lo perdamos…
y ahí se quedan nuestros segundos vacíos (tic-tac…) flotando en el limbo del
tiempo perdido… ¡pobres segunditos huérfanos!
Me parece muy importante tener claro de quiénes se trata,
quiénes son esos ladrones, para poder mirarles de frente, cuando tenemos la
oportunidad, y decirles: “Disculpa, pero ahora mismo no tengo tiempo para ti”…
o aún mejor, en algunos casos creo que sería plausible incluso una petición de
compensación económica.
Hablo, por ejemplo, del Concejal de Urbanismo de mi ciudad,
que tiene abandonada la programación de todos los semáforos que yo utilizo cada
mañana al ir a trabajar… No, no es que yo no me fije y realmente tengan que
estar en rojo para dejar pasar a alguien, no! Es que se han quedado con una
programación de “antaño” y a nadie se le ha ocurrido pasarse a revisar qué se
necesita ahora, después del arrasador PlanE. Gracias a este señor pierdo cada
mañana unos 3 minutos en la bajada al trabajo, más otro tanto aproximadamente
en la subida… si lo multiplicamos por cinco días que bajo y subo, hablamos de
media hora semanal (por lo menos) en mi caso, que hago jornada continua; si
tuviera que bajar y subir dos veces, el robo ascendería a una hora semanal, que
yo podría invertir tranquilamente en ir al gimnasio, salir a correr o hacer
cualquier tipo de milonga de ésas que me ayudan a engañarme y así creer que me
estoy manteniendo en forma.
¿Queréis otro ejemplo? No hay nada mejor para perder minutos
de tu tiempo que estar concentrada en cualquier cosa y que suene el teléfono…
contestas… tardan en decirte quién rayos es y cuando consiguen hablar ¡¡¡es una
maldita grabación de cualquier compañía que quiere venderte algo!!! ¿Lo veis?
Ellos ya ni invierten su tiempo en acosarte!!! Utilizan máquinas para eso!!!
Decidme que no es denunciable!!! Entretanto, tú ya perdiste el hilo de dónde
estabas, te has cabreado y hasta que vuelves al punto en que te encontrabas
(todo esto, si lo consigues) habrá pasado un buen rato.
Otro grupo de ladronzuelos de guante blanco: los
programadores de las teles privadas, que van de listos y en una de éstas
hacemos huelga del último minuto. Que a mí me encanta ver anuncios y a veces
los prefiero a toda la programación bodrio que tenemos para elegir en los más
de 40 canales con que cuentan nuestras teles sin pago adicional. Vamos a ver,
señores, si el programa/serie/película/reality/cacolillavaria está a punto de
terminar, simplemente denlo por zanjado, despídanlo y pasen a otra cosa,
mariposa. Porque sí, la gente se queda a ver la publi (quiero pensar que esto ocurre;
si no, nadie conocería los anuncios y tampoco se invertiría en publicidad en
televisión), pero el cabreo que te agarras cuando descubres que te han tenido
alguna vez más de 15 minutos sentada, para ver cómo te dicen: “Pues esto ha
sido todo! Muchas gracias y ¡hasta la próxima semana!” Ese cabreo puede llegar
a ser tan monumental que te acuerdes de cada uno de los 45 anuncios que pueden
llegar a caber en esos 15 minutos, sólo con la finalidad de dejar de consumir
todos esos productos y/o servicios.
No podemos dejar de lado a los colegas impuntuales, esos que
todos conocemos que, cuando el grupo ha quedado a las dos, les decimos que hay
que estar a la una y media, porque al fin, esa única persona estaría robando
media hora a un grupo de, pongámosle, 6 personas, que al fin son 3 horas de
robo… Si hubiera que pagar multa por minuto, veríais cómo aprendían!!!
Los profesores irresponsables e irrespetuosos entrarían en
el mismo grupo que los clientes y proveedores (que también los hay y esto sí que
es de idiotas; vamos, para volver a contar con ellos!) que se comprometen un
día y a una hora para una reunión y luego no sólo no aparecen, sino que además
ni avisan ni llegan a dar nunca una explicación de su ausencia o su retraso. En
el caso de los profesores es muy grave, lo primero porque siempre deberían dar
ejemplo de saber estar y lo segundo porque suelen ser muchas las personas cuyos
tiempos dependen de su puntualidad… si se ausenta un profesor que da la única
clase de la mañana a 15 alumnos que se desplazan desde las afueras, estaría
haciendo perder no sólo esas 15 horas a esos 15 alumnos, sino también el tiempo
y el dinero invertidos en desplazarse.
La Seguridad Social… ¿quién ha marcado un “tempo” de 10
minutos por visita? Si eso es sólo lo que me tiene mi médico esperando para
leerse mi nombre!!! Vamos a ver, primero tardan meses, cuando no años, en darte
una cita y luego llegas y pretenden despacharte a mil por hora con la excusa de
que tienen mucha cola! Ostras, pues proteste usted a quien le mete tantas citas
en tan poco tiempo, que yo pago mis impuestos para tener una atención con una
calidad mínima, que debe incluir un pequeño tiempo de conversación para que
usted pueda saber qué es lo que me pasa!!!
Los señores que regulan internet, que cuando se cuelga
siempre lo hace cuando estabas al final de un proceso imprescindible que te
había llevado media hora completar y, para cuando recuperas la conexión, debes
volver a empezar y, claro, ya nunca te queda igual de bien que la primera vez…
¡¡¡INDEMNIZACIÓN!!! Imagínate, el tiempo dedicado la primera vez, más el de la
segunda, más la pérdida de calidad, más el cabreo… si estabas colgando los
datos en una web de empleo, seguramente habrás perdido tus próximos 25 empleos
por culpa de los designios de los “Señores de la Red”.
Una vez más, los programadores de la tele, que anuncian una “borralla”
cualquiera para un día a una hora y resulta que llega el día D a la hora H y
tú, que has dejado de quedar con LaMacu para ver la “borralla” anunciada, te
encuentras con que los de la tele han decidido contraprogramar porque Tele5
emitía no sé qué berza de la tal Esteban y
en vez de tu “borralla” favorita, resulta que ponen “Donde Está mi
Canción”, con lo que te quedas con un palmo de narices, compuesta y sin LaMacu
ni la “borralla”, pero como tenías plan de tele, a veces hasta regalas tu
tiempo así, a la ligera, y te quedas zapeando entre más de 40 canales que no
emiten ni un mísero contenido que valga la pena.
Los dependientes lentos… en la uni, los llamábamos “peña sin
sangre” y es que son así… parece que lleven horchata en las venas. Acción no es
una palabra que exista en su vocabulario… teníamos a un copistero así, algún
camarero, un conductor de bus (“busero”, claro) al que cariñosamente llamábamos
“Flash”… son personas que nos han robado muchas horas de nuestra juventud, que
ya valían más que las de la niñez, que a esa edad ni valorábamos el tiempo!
Sólo queríamos que pasara para hacernos mayores… creo recordar…
Y, por supuesto, lo que todos ellos han conseguido es que yo
me tirara un buen rato aquí, redactando esta entrada, y que vosotros lo
invirtierais en leerla… Sí, yo lo veo como un tiempo bien invertido: espero que
a partir de ahora seáis más cuidadosos con cómo derrocháis vuestro tiempo y
aprendáis a ser asertivos con los ladrones de segundos.
Por favor, abridme los ojos con nuevos ejemplos de robos de
tiempo!